lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Desarrollo sustentable o sostenible?


¿Desarrollo sustentable o sostenible?[1]

 

Edgar J. González Gaudiano[2]

 

En 1987 apareció en idioma inglés el reporte Nuestro Futuro Común, también conocido como Informe Brundtland, el cual popularizó el concepto que en ese texto se designó como sustainable development.

De inmediato, se procedió a trasladar a otros idiomas este neologismo. La primera mención en español que leí al respecto lo traducía como desarrollo sostenido; el cual muy pronto fue desechado porque remitía a un proceso de crecimiento económico mantenido en el tiempo, pero no aludía a los otros componentes de equidad social y calidad ambiental, consustantivos del mismo.

Hubo algunas reuniones entre representantes de países hispanohablantes para acordar una traducción común, puesto que algunos lo entendían como sustentable y otros como sostenible. Al final no hubo acuerdos y se dejó que cada país lo tradujera como quisiera pero se considerarían sinónimos. De ese modo, México, Argentina y Chile, entre otros, se decidieron por sustentable y así aparece contenido en la normatividad nacional respectiva. Los otros países de América Latina y España se inclinaron por sostenible. Brasil prefirió usar sustentable en su traducción al portugués.

Recuerdo al presidente Vicente Fox en un discurso haber dicho que el desarrollo de México sería sostenible y sustentable. De hecho, puso al desarrollo sustentable como columna vertebral de su Plan Nacional de Desarrollo y ya ven cómo nos fue. A partir de eso, el desarrollo sustentable empezó a formar parte del discurso político como un fin en sí mismo. Al igual de lo que ocurrió cuando apareció la ecología, donde había ecotaxis por usar gasolina sin plomo o eco-hoteles por poner lámparas solares en los jardines; ahora se dice que vamos en el camino de la sustentabilidad aunque suele no tenerse siquiera una idea aproximada de sus implicaciones.    

El día sábado pasado, durante su primer discurso a la nación, el presidente Peña Nieto mencionó en diferentes partes de su intervención ambos conceptos: sostenible y sustentable. En una posición pragmática tipo Den Xiaoping, artífice del milagro económico chino, quien dijo “No importa que el gato sea negro o blanco, con tal que cace ratones”, podríamos decir: No importa que sea sostenible o sustentable mientras se impulse un desarrollo nacional con crecimiento económico, con equidad social y con conservación de la calidad del ambiente.

De hecho, dos de los cinco ejes de gobierno anunciados el sábado pasado podríamos decir que condensan este propósito: Lograr un México incluyente (equidad) y Lograr un México próspero (crecimiento con aprovechamiento sustentable de los recursos naturales). El problema es que hubo tal ausencia de menciones a la política ambiental, que no sabemos si el tema de sustentabilidad es sólo un elemento de modernización del discurso político, sin significado alguno o cobrará expresión en políticas concretas consistentes con el mismo.

Por lo pronto, ninguna de las primeras trece decisiones se refiere a lo ambiental y la designación de un titular de Semarnat sin relación aparente con temas ambientales, no anticipa buenos augurios, si bien Juan José Guerra ha sido consejero del Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente.

Yo siempre he sido un optimista irredento y quiero pensar que esta etapa del país que se ha iniciado va a ser para bien. Ya que esos doce años de gobiernos panistas hicieron fracasar las esperanzas depositadas en la alternancia democrática. Hoy tenemos mucho más desigualdad, unos pocos súper ricos y más millones de pobres con hambre, como lo reconoció el sábado el nuevo presidente; escasas oportunidades de salir adelante, más desempleo, más violencia social y más degradación y agotamiento de la base material de todo proceso de desarrollo: nuestros recursos naturales y ecosistemas. Concederé el beneficio de la duda, pero sólo por un tiempo razonable. Me encantaría que la política y los políticos me sorprendieran positivamente.

 

   

 



[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 3 de diciembre de 2012.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”  http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

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